Page 37 - XXIV Monografías en Esclerosis Múltiple
P. 37
BASES DE LA INMUNOLOGÍA
01
estas células pueden ser incapaces de activarse frente al antígeno. Además, el resultado del reconocimiento del antígeno por los linfocitos T está determinado por un equili- brio entre los receptores activadores e inhibidores. Entre estos últimos se encuentran CTLA-4 y PD-1.
Los linfocitos T CD4 reguladores constituyen un subgrupo de linfocitos T CD4 cuya función es suprimir las respuestas inmunitarias y mantener la tolerancia hacia lo propio. Se generan en el timo por el reconocimiento de los antígenos propios y en los órganos linfáticos periféricos por el reconocimiento de antígenos propios y extraños. Se caracterizan por expresar grandes cantidades de la cadena α del receptor de la IL-2 (CD25) y el factor de transcripción Foxp3. Sus mecanismos de acción consisten en secretar citocinas inmunosupresoras (TGF-β e IL-10), inhibir la capacidad de las APC de estimular a los linfocitos T y consumir grandes cantidades de IL-2(1).
5.2. TOLERANCIA DE LOS LINFOCITOS B
La tolerancia de los linfocitos B es necesaria para evitar la respuesta frente a antígenos propios independientes del timo, como los polisacáridos y los lípidos, y también frente a antígenos proteicos. En la tolerancia central de los linfocitos B, los linfocitos B inmadu- ros que reconocen antígenos propios con afinidad alta en la médula ósea deben cambiar su especificidad del BCR (edición del receptor) o son eliminados. Así, los mecanismos implicados en la tolerancia central de los linfocitos B son la edición del receptor, la muer- te celular y la anergia(1).
En los tejidos periféricos, los linfocitos B que reconocen antígenos sin linfocitos T cooperadores específicos pueden perder su capacidad de respuesta funcional o morir por apoptosis(1). Así, como en el caso de los linfocitos T, el reconocimiento del antígeno en ausencia de señales estimuladoras da lugar a la tolerancia. También los linfocitos B au- torreactivos que son estimulados continuamente por el antígeno pierden su capacidad de respuesta. La elevada tasa de mutación somática que se produce en los genes de las Ig puede facilitar la aparición de linfocitos B autorreactivos, los cuales se pueden eliminar por la vía de Fas-FasL. Además, los linfocitos B que reconozcan a los antígenos con afi- nidad baja pueden no responder frente a ellos, debido a la unión de varios receptores in- hibidores. Dichos receptores determinan un umbral para la activación del linfocito B de forma dependiente del linfocito T, lo cual evita la activación frente a antígenos propios. Por último, al igual que en el caso de los linfocitos T, existen poblaciones de linfocitos B reguladores, caracterizados por la secreción de IL-10(1).
5.3. AUTOINMUNIDAD
A principios del siglo XX, Paul Ehrlich acuñó el término horror autotoxicus para las enfermedades autoinmunitarias, en las que se producen reaccionas inmunitarias con- tra lo propio. Estos procesos se deben al fracaso de la tolerancia y la activación de los linfocitos autorreactivos. Para ello, se pueden producir distintas combinaciones de los siguientes factores: presentación anómala de antígenos propios, fallos en los mecanis- mos de tolerancia explicados anteriormente y activación anómala de la inflamación y la respuesta innata(1).
37